jueves, 28 de octubre de 2010

Solo de vez en cuando

Cada vez  más encuentro a gente con un afán de dar a entender lo fantástica que es su vida o sus experiencias o sus afanes de superación.
La verdad es que entiendo que no se ha de contar las miserias personales a diestro y siniestro, pero a veces el afan de modificar la realidad puede conducir a semejantes especímenes en 2 vertientes vertiginosas. Una sería a convertirse en un mentiroso compulsivo y el otro a llegar a la negación de la realidad de tal manera que el propio divulgador de su pantomima se envuelve de capas y capas de vida ficticia como una cebolla.
Luego, es curioso, esos que son "los adalides de la veracidad" suelen ser los más talibanes, en sentido metafórico. Y es que la verdad no se puede exagerar, en la verdad no puede haber matices. En la semi-verdad o en la mentira, hay o puede haber muchos. Normalmente los talibanes suelen ser los más mentirosos, pero luego están los exagerantes. 
Los exagerantes son esos que te cuentan algo nimio y te lo agrandan a un grado supremo para que, supongo yo, les prestes la mayor de la atención posible. O los demuestres mayor devoción o admiración.
Luego entramos en los que a mí me revuelven mas el estomago, los que te cuentan una verdad a medias o falsean la realidad. A esos les odio con mi odio más profundo porque, si tienes huevos a soltar una parrafada falsa no lo hagas así, échale valor y miente. Me recuerdan a la imagen de la víbora de El Libro de la Selva, solo les falta que los ojos se hagan tricolores y además de soltarte un rollo te hipnoticen y te pongan mirando a Zaragoza. Podríamos catalogarlos de IN- veraces (como diría el gran filósofo de la vida Jose Mª Martínez Bordiú alias Pocholo).
Hay unos que yo los llamo los reculadores que son esos que te están hablando y cuando se dan cuenta que te han contado alguna miseria personal echan el freno y se desdicen sin ningún pudor de lo que hace unos instantes te estaban contando con tristeza o rabia. Claro que esos son los que a toda costa te hacen ver que su vida es la mejor y tú eres un “introzzo di merda”, por decirlo fino. Su patetismo es normalmente cómico.
Es una gran fauna pero de todas formas de algo hay que morir y las personas no pensamos que al mentir nos quitamos parte de veracidad interna.
Pero vamos, eso me han dicho, porque por supuesto "yo nunca miento… solo de vez en cuando".

D3000

lunes, 18 de octubre de 2010

Funeral Party

Cada vez mas coincido con gente que solo quiere que se sepa "qué hizo" o "qué dijo"... Me cansan.

Exhiben sus trofeos personales impunemente sin un mínimo de pudor, sin pensar que el que esta enfrente se puede estar horrorizando interiormente pero que sin gesticular asiente impasible y sonríe levemente para que la hazaña relatada acabe.

Eso sobretodo ocurre en un tanatorio. Uno va preocupado intentando ordenar su mente para decir a los dolientes alguna palabra de esperanza o alivio y se encuentra ante una fauna o mas bien, una piara de gente que lo único que quiere es que se sepa lo buen "amigo" que era del fiambre y sin ningún pudor explican detalles insulsos de alguna experiencia que tuvieron con el susodicho.

Y no te digo nada si el malogrado "precintado", era el protagonista de algún escandalo familiar... entonces el ir al velatorio y posterior funeral se convierte en un plan mas interesante que un fin de semana en Benidorm.

Ahí si que se puede ver la podredumbre humana, que a toda costa quiere saber como va todo y a la vez muestra su falso interés por los dolientes vivos sin pensar que a lo mejor lo estarán pasando mal, pero eso es lo de menos.

Me da pena. Siento mucho la muerte de todo el mundo, pero me siento personalmente fustrado porque a la hora de la verdad no me sale nada que decir para aliviar la pena a alguna persona allegada del inerte. Solo me sale un "lo siento" o un abrazo, que no se si darlo fuerte o dar un abrazo rápido.

Esa es otra, ¿como es una muestra de afecto sincera? ¿quien marca las reglas? ¿el familiar que se emociona al verte? o uno mismo emocionado...

Y luego me pasa lo de siempre, cuando acaba el día me siento mal incluso triste y los nervios dejan que exteriorize mis sentimientos,  pero ya no vale de nada porque el funeral a acabado ya.

Para mi muerte voy a contratar un equipo de grabacion que vaya pasando uno a uno por cada visitante y que deje plasmada su impresión de mí. Como en las bodas, estaría bien que cada visitante deje algún mensaje para mi o para mi pareja a modo de justificacion del porque se encuentra ese día acompañandola. Seria interesante ver el pavoneo de frases y reconocimientos que ninguno sentiría en mi nombre. Estaría bien.

D3000