jueves, 16 de septiembre de 2010

La Nebulosa Feliz

 Se dice que tener memoria de elefante es síntoma de tener una memoria ágil o resistente al tiempo. Pero no es así. 

A veces la memoria puede hacernos pasar hechos negativos o positivos en nuestra vida como los mejores momentos jamas vividos y pensar, por ejemplo, que nuestro familiar fallecido, que era un borracho o drogadicto y maltratador, etc.  

En realidad era, probablemente, "la persona con mas sensibilidad y cariño al prójimo que haya nacido en los casi 7.000 años de existencia humana"

No nos engañemos, la memoria es selectiva y aun incluso el peor de los momentos vividos puede ser casi cambiado con el paso de los años y nos hace reír de situaciones que la verdad por mucho tiempo nos han hecho llorar.

A todo el mundo no le pasa. Hay quienes sí ven el pasado con tanta exactitud que no pueden despegarse de el. Y siguen conjeturando o dándose vanas explicaciones para calmar no se qué vacío en su interior. 

Estos me producen lastima, por que yo he sido uno de ellos. Y es terrible la sensacion que tu pasado te persiga y te juzgue hasta tal punto que no haces otra cosa que desear arreglarlo todo lo destrozado en esos días.

Guardo un deseo desde hace mucho tiempo, deseo que probablemente nunca se cumplirá, charlar con una persona del pasado. Se que esa persona me ha olvidado pero yo no he podido cerrar esa puerta de mi memoria y como un cometa que cada cierto tiempo vuelve a la tierra, su recuerdo viene a mi subconsciente o a mis sueños. No servirá de nada, pero calmaría mis malos espíritus internos y mis silencios.  

Uff... me hago viejo!!!

La memoria es como esa nebulosa feliz que a veces nos muestran en la tv, con colores infinitos y estraños destellos que parecen sacados de un photoshop y parece tan real e irreal a la vez.

Tuve momentos de felicidad, creo... se dice que la inmadurez es felicidad o ¿es la ignorancia? 

Pero al madurar como persona esos viejos fantasmas se mezclan con las tristes realidades que otros, desde otra perspectiva, me ayudan a montar el pasado. Como si fuera un puzzle de lo vivido.

La vida es cruel. Y la memoria mas...

domingo, 5 de septiembre de 2010

A

De vez en cuando mira por la ventana para ver pasar el día.

Y a veces la memoria la tortura y las pesadillas vuelven a rasgar las heridas a medio curar hasta que brota la sangre amarga.

Comienzos duros tiempos muy difícil, amor furtivo, amor joven, amor fusilado por los verdugos de Franco. Y un sin fin de calamidades que han hecho de ella una mujer dura, desconfiada, indomable. 

No debe ser fácil convivir con un hombre que se dedica a hacer el "paseillo" al pardo sin que la cuente nada. No tiene que ser fácil ver como tu amado va a la guerra y no saber nada de él 4 años y las pocas veces que le ve es para estar unas pocas horas, siempre con miedo.

No debe de ser fácil ver a tu amado hecho un quejumbre de huesos y golpes y tortura en una camilla con las piernas quemadas y destrozadas. Y tener que despedirse porque en 48 horas lo rematarían en la pared del Cementerio de la Almudena (Madrid). No tiene que ser fácil ser forzada consecutivamente por los grises días después para que confesara las amistades de su marido, porque fuera jefe de una oficina de CNT en Madrid.

No tiene que ser fácil ver a tus hijos pasar hambre, mucha hambre, sin poder darles nada que se puedan llevar a la boca. No tiene que ser fácil tener que te quiten tus hijos y no los vuelvas ver hasta la mayoría de edad y a partir de entonces ser unos perfectos desconocidos.

No tiene que ser fácil recordar como se conseguía dinero o comida en los bares o cines de el Madrid de la posguerra, no tiene que ser agradable recordar como se dejó llevar la primera vez que vendió su dignidad como mujer...

"Mejor olvidar que no recordar".

Supongo, que en algunos casos, sería fácil justificar tantas cosas... perdonar tantas cosas... olvidar tantas cosas. 

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Llorando los fusilados
Uno de sus hijos una vez me dijo que "el mejor recuerdo de su infancia y adolescencia es como, cinematograficamente hablando, "el fundido en negro".

El dolor de la memoria traumatizada hace que la solución al dolor sea el no-recuerdo, porque todo lo conduce a cruel tristeza , amarga tristeza. Y mejor no recordar, ¿para que?

De vez en cuando pienso en A.

Y pienso, a veces con rabia, que todo podría haber sido de otra manera, ella tenía la llave para no haber vivido con tanto y tanto dolor que la llevó a tantos errores en la vida. No la guardo rencor, el dolor y la rabia nunca depende de uno mismo.

Y el bando de los vencidos siempre es amargo y derrotado... y errado y hundido. Y la vida, su vida, se fue aquel 30 de abril de 1940 en la tapia este del Cementerio de la Almudena.

 De vez en cuando mira por la ventana para ver pasar el día. Nadie la enseñó a resistir tanto, tiene 93 años.

Y todavía le espera.





sábado, 4 de septiembre de 2010

"Fast Diner Food"

Cada minuto que pasa ansía las ganas de obserbar su hermoso y cuidado flequillo... Queda solo 5 minutos para que su anelado encuentro diario sea una realidad.

No sabe su nombre, ni siquiera si tiene el corazón comprometido por algún otro que la ayude a pasar la vida de alguna manera feliz,  ni a que sabe las gotas de sudor que bañan su perfecto cuello y llegan a su perfecto pecho. Ni de que color ni textura es la aureola que centra  su perfecto pecho que él a veces, de reojo mira furtivamente temiendo encontrar la mirada sorprendida que pudiera suponer al verse descubierto. Y con mínima impaciencia mira el reloj, vigilante,  como un vigía que trata de buscar algo en la lejanía que llame la atención y pueda avisar del enemigo.

Queda 1 minuto para el encuentro, su ansiado encuentro, su melancólico encuentro, su frustrado encuentro, pero como desde hace 2 años, 5 meses y 18 días... permanecerá reservado, callado y sonriente como un niño que desea con vehemencia el regalo de su madre y no se atreve a pedirlo. Así estará, renegando de si mismo la impotencia de ver a su amada y no poder decirle nada mas que: "Bienvenida a Fast Diner Food, ¿que desea? ... ¡Gracias por venir y buen almuerzo!"

¡Si al menos observara el esfuerzo y la valentía que hace para poder dirigirse a ella!, pero de nada valen los lamentos, ni las quejas mentales en el autobús de vuelta a su casa, ni los viajes mentales que hace cada noche cuando con su mano piensa en ella, siendo felices, unidos, emocionados mirándose el uno al otro... amándose en la oscuridad.

Son las 14:07 y se abre la puerta, ante la maraña de personajillos que salen de sus puestos de trabajo en medio de esta nada, aparece ella.

Radiante, con un halo de seguridad que le abruma, y espera pacientemente su turno hasta que por fin se sitúa delante del mostrador, coje el tríptico de las ofertas y menús diarios y dice con su voz cálida y timbrada: "Hola, ¿me pones un sandwich de rucula y pavo... una ensalada sin pepino y una Zero? Gracias..."

Luego el ritual de cada día, ella espera distante, mira al techo, le mira sonriente y paciente, y sin que se él se de cuenta observa lo bien que le sientan los tejanos por detrás... , y en su interior se pregunta cómo sabrá un beso apasionado con él, como sería sentirse abrazada por ese chico tímido, alto y pecoso que de vez encuando se sonroja cuando ella se deja a propósito el tercer botón de la blusa abierto (para que él la mire furtivamente). Como serán sus piernas desnudas y cómo seria despertarse junto a él todas las mañanas de su triste y solitaria vida. En el fondo de su deseo envidia a la mujer que tenga la suerte de estar con él.

Y se va con su bandeja después de haberse dedicado unas cuantas sonrisas furtivas, y un "gracias" mutuo a la hora de pagar. Busca su sitio que normalmente debe ser enfrente de él pero de espaldas a él, mirando a la calle tras un enorme escaparate... y mientras mira la calle desea sentirse observada por él, deseada por él. 

Desea que en breve se acerque, como cada día, a retirarle la bandeja con esa sonrisa tímida y limpia que la hacer sentirse divina y la da el motor y las ganas de seguir con su jornada aunque sepa que la falta algo. Y poder oler la colonia que usa que se mezcla con su olor corporal y la hace estremecerse internamente y hace que su mente vuele. El sentirse amada por alguien como "el chico del Fast Diner Food"... 

Pero nunca se atreverá a decírselo, porque no quiere tener mas dolor de corazón (ya ha sufrido bastante con los hombres), prefiere fantasear toda la tarde en la oficina pensando en el. Y sin mirar a la barra del local, deseando ingeniosamente sentirse observada coje su bolso y se va. 

Y el deseo mutuo y el amor infantil y verdadero de ambos se disuelve en un halo de tristeza e impotencia que los hace sentirse desdichados y felices a la vez pues tendrán un motivo para volver cada uno a su puesto de trabajo y esperar con anelo el siguiente encuentro, el ansiado encuentro en el Fast Diner Food.

Fin.