jueves, 2 de diciembre de 2010

Fue una mujer

Suena en la ventana rumores de viento que llaman su atención. El día esta soleado, lastima que ya no sepa desde donde vino. Ni si irá a algún sitio.

Ya no sabe que pasa a su alrededor, ni porque la trantan con cariño y firmeza al intentar darle de comer ese puré, ni siquiera recuerda a que sabe un simple puré. No podría explicarlo por varios motivos. Ya no recuerda el sabor de las especias, ni si le gusta mas caliente la comida, ni si necesita un toque de sal. Ya no recuerda siquiera cual es el mecanismo para alimentarse. Todo empezó una noche hace ya 6 años en que después de sentarse a tomar la cena con sus hijos y su marido, los miró absorta y cuando él le dijo: "¿no pruebas bocado?". Le miró pero no se atrevió a decirle que no sabia como hacer para llevar el alimento a su boca, aunque tuviera la cuchara en su mano.

Ahora ya da igual.

Nunca entendió porque cuando el medico habló con él y con sus hijos, el pequeño, que por cierto ya no recuerda su nombre, enfadado con la vida, salió a llorar al descansillo de la sala. Lo que sí notó es que todos desde entonces se prestaban a ayudarla en lo que vieran que necesitara. Solo tenían que intuir en su mirada perdida e inmediatamente iban en su ayuda.

Una noche se despertó en la madrugada angustiada, porque tenia la sensacion de estar con un desconocido a su lado pero sentía alivio pues éste al darse cuenta de su malestar simplemente la miró complacido, la acarició la mejilla y la arruyó contra su pecho. Y ya esa sensación desapareció. Nunca supo quienera ese hombre tan gentil que la daba muestras de amor, olvidó su nombre. Olvidó sus vivenvencias con el.

Un día dejo de hablar. Ya no pudo mas expresar con palabras sus emociones, no sabia como. A veces miraba por el espejo con expresión de estrañeza preguntándose quien era la mujer que se encontraba enfrente, y lloraba en su interior. No entendía nada.

Solo recordaba nombres y cosas de su infancia, llamaba a su mamá en sueños y hacia el gesto de peinar a sus muñecas al aire. Era simplemente el retroceso que el medico les había explicado, el lento proceso del cruel Alzehimer.

Una tarde sentada en su sofá mirando hacia la ventana se quedó dormida, no la molestaron mas, pensaron que estaba cansada pero en realidad por fin el enigma "que mas podemos hacer por ella" se terminó.

Enfermó sin que se diera cuenta nadie y se fue sin que se diera cuenta nadie.

Los meses posteriores fueron mas duros para sus hijos que el propio día en que se dieron cuenta que ya no estaba viva. Los sentimientos de alivio se mezclaban con los de impotencia, hasta que, por cansancio o por sentido de aceptación,  aceptaban uno a uno el triste final de ella. Solo les quedó el recuerdo de las fotos de familia en las que su cara reflejaba todavía viveza y alegría. Ya no se acordaban de como fueron sus ultimos 6 años. Porque fue una mujer con muchas virtudes y se alegraron de su descanso.

Y por fin todos descansaron.




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