martes, 28 de diciembre de 2010

Miopía

Dicen que la valentía no esta reñida con la percepción de hacer las cosas correctas. Hay veces que somos valientes aunque eso nos cueste el estatus o lo que hayamos conseguido en la vida.

Uno crece con ciertos valores vitales a los que ha de ser leal, y aun sabiendo que en su circunstancia "aneja" hace lo que debe hacer. Uno podría pasar de puntillas y no pasaría nada. Al menos si los adlateres no son conscientes de ello.

Vivir dentro de una comuna religiosa es muy complicado. Aunque intentas caminar por los caminos angostos, ves como el error heredado hace que sodomicemos al que esta al lado o al que no le tengamos tanta estima. Al que en el fondo, aunque tengamos a amar hasta al enemigo, si podemos al que tenemos muy visto, pues va a ser que no.

Pero yo siempre me digo que es ley natural del humanus catarrinus.

Lo malo es cuando sabes que al hacer lo correcto y destapar a ciertas personas con padrinos, eso no va a cambiar nada en la comuna y encima uno mismo siempre quedará mal públicamente. Porque entre los cabezas pensantes hay una ley no escrita que dice: "hay que proteger al prior de tu derecha y al de tu izquierda, siempre y cuando eso te beneficie a ti... si tienes un atisbo que defenderlo te perjudica... ataca hasta la muerte".

Es como cuando un equipo medico tiene una negligencia en la mesa de operaciones. Se denomina un error de mala praxís si el error es callado por la mayoría, pero si algún medico denuncia algo, si tiene buenos padrinos, siempre saldrá victorioso. Pero, ay! del pobre enfermero que cuente algo... ni los buitres tendrán donde alimentarse.

Conclusión: "hay que tener amigos hasta en el infierno, y sobretodo, que te deban un chispa de lealtad". Si no, vas de ano.

Y mi perturbable duda desde hace muchos años, es si el ojo que todo lo vé usa gafas...

Porque a veces su miopía es alarmante y me desgana.

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